Renata se siente atraída por Mauro, un informático recién llegado a Biogenelab, quien en realidad no es quien dice ser, y cuyo objetivo dentro de la empresa es vengar a su padre. Carmen, contratada como recepcionista, llega a Biogenelab, ella dejó su acomodada vida en Puebla, empujada por la humillación que vivió tras la publicación de un video explícito de una infidelidad de su marido.​ Otra empleada de Biogenelab es Mariluz, una joven de provincia quien huyó del linchamiento digital después de que su novio exhibiera un video sexual. Renata, Carmen y Mariluz compartirán vínculos que las unirán en su lucha contra la intransigencia social que ellas mismas sufrieron en el pasado.